Un conflicto que amenaza la temporada y millones en ingresos
Como cada domingo, en esta nueva entrega de A TRES PUNTAS, realizamos un repaso por parte de los temas más resonantes de la industria pesquera patagónica.
CASI DIEZ MESES
Radiografía del conflicto que pone en peligro la zafra de Rawson
La Flota Amarilla y el SOMU siguen sin llegar a un entendimiento y las negociaciones están en fojas cero. La intervención de Provincia no persuadió al gremio de los marineros que mantiene una postura inflexible. El resto del sector pesquero observa con preocupación la posible demora en el inicio de la pesquería del marisco en Chubut.
La pesquería de langostino en aguas nacionales está llegando a su fase final del año, marcada por la caída en los rendimientos y la proximidad de los cierres de temporada, que habitualmente ocurren entre finales de septiembre y principios de octubre. Sin embargo, en el puerto de Rawson, un conflicto que lleva casi diez meses entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACh) mantiene paralizado prácticamente el futuro de la actividad, amenazando la continuidad de una de las industrias más importantes de la región.
El origen del conflicto se remonta a octubre de 2023, cuando ambas partes firmaron un acuerdo que incluía un reajuste salarial vinculado a la inflación del último trimestre de ese año. Sin embargo, a medida que avanzaba 2024, surgieron diferencias en la interpretación de dicho acuerdo, sumadas a las nuevas paritarias correspondientes al presente año.
El punto clave de la disputa es el valor del kilogramo de langostino que se utilizará para calcular el concepto de "producción" en el salario de los marineros. Hasta el momento, la flota amarilla había ofrecido valores cercanos a los $1.000 por kilo, pero en las últimas semanas subió su oferta a $1.200, acercándose a la demanda sindical, que pide $1.350 por kilo. A pesar de esta mejora en la oferta, el SOMU se mantuvo firme, insistiendo en que no aceptará un valor inferior a los $1.350, lo que ha complicado las negociaciones.
El impacto de los salarios
El valor del kilogramo de langostino es crucial, ya que determina los ingresos del personal embarcado. La patronal reafirma que los salarios de los marineros de Puerto Rawson son los más altos de toda la flota pesquera nacional. Por ejemplo, en un mes de zafra ideal, un tripulante puede ganar hasta 23,4 millones de pesos, con 22 mareas y una producción de 40.000 cajones, a razón de $575 por cajón. Esto, sin considerar que en la temporada 2024/2025, los ingresos podrían ser significativamente mayores si se acepta el nuevo valor de $1.200 por kilo.
Desde la perspectiva de los armadores capitalinos, la marinería está en una posición privilegiada en comparación con otros trabajadores de la industria pesquera, como aquellos que se desempeñan en la flota marplatense, por ejemplo, lo que genera frustración por la falta de entendimiento. Según estimaciones de la CAFACh, si el conflicto se resuelve y se permite el inicio normal de la zafra, los ingresos de un marinero podrían superar los 100 millones de pesos anuales. Sin embargo, el gremio sigue sin aceptar las condiciones ofrecidas, lo que ha estancado las negociaciones.
Esfuerzos de mediación fallidos
El gobierno de Chubut intentó en varias ocasiones mediar en el conflicto, buscando un acercamiento entre las partes para evitar que se afecte la temporada de pesca venidera. La semana pasada, funcionarios provinciales convocaron a reuniones por separado con representantes del SOMU y de la patronal, pero no lograron avances. El gobernador Ignacio Torres intentó promover un acuerdo de "paz social" que permitiera avanzar con la temporada, pero la intransigencia del sindicato frustró el intento antes de que las partes pudieran siquiera sentarse a negociar.
En off, se supo que Provincia también propuso cerrar primero la deuda salarial acumulada durante 2024 y luego discutir los valores de la nueva temporada. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada por la Flota Amarilla, que considera que el reajuste debe negociarse en conjunto, incluyendo los valores correspondientes a la temporada 2024/2025.
Impacto en toda la cadena productiva
Aunque el conflicto principal hoy se centra entre la flota amarilla de Rawson y el SOMU, sus efectos pueden extenderse a toda la actividad pesquera de Chubut. La industria provincial depende en gran medida de la zafra de Rawson, que derrama en los primeros meses de cada año importantes ingresos para los trabajadores, las empresas y las arcas provinciales. Si el conflicto no se resuelve a tiempo, el impacto social y económico será significativo.
Además, las primeras prospecciones biológicas dentro de la jurisdicción de aguas provinciales, que suelen realizarse en octubre, podrían arrancar después de lo esperado. Estos relevamientos que realizan inspectores de la Secretaría de Pesca son fundamentales para evaluar el estado del recurso y determinar el momento adecuado para la apertura de la temporada. Si no se realizan a tiempo, toda la cadena productiva podría verse afectada, retrasando el inicio de la pesquería y reduciendo los beneficios que la zafra genera.
El conflicto no solo afecta a los marineros. Los capitanes de la flota también han decidido esperar a que se resuelva el conflicto con el SOMU antes de avanzar en sus propias negociaciones. Esto añade una capa adicional de complejidad al problema, ya que los capitanes juegan un papel crucial en el desarrollo de la actividad pesquera. Si no se logra un acuerdo pronto, el inicio de la temporada en aguas provinciales podría demorarse indefinidamente.
La situación ha generado una atmósfera de incertidumbre sin precedentes en la industria pesquera de Chubut. El conflicto, que ya lleva casi diez meses, es uno de los más prolongados y complejos que ha enfrentado la flota amarilla en los últimos años. A medida que se aproxima el inicio de la temporada en aguas provinciales, la falta de voluntad para ceder en las negociaciones pone en riesgo no solo los ingresos de los trabajadores, sino también el desarrollo económico de toda la región.
La bomba con el SOMU quedará activada para el reinicio de la zafra de langostino en aguas provinciales. Con el lastre de la compensación por la deuda del verano y del invierno, y con frigoríficos abarrotados de materia prima tras otra zafra abundante y la posibilidad que sigan bajando los precios del marisco entero, desactivarla será una tarea de expertos que por ahora no aparecen en escena.
POLÍTICA PESQUERA
Algunos no la ven, pero Sturzenegger no la pesca
En el Consejo Federal Pesquero hundieron los deseos del todopoderoso libertario.
Debió ser necesario un acuerdo tácito entre empresarios y sindicatos con la total anuencia de los 5 funcionarios nacionales, que integran el Consejo Federal Pesquero (CFP) y, además, el beneplácito de los representantes de Buenos Aires, Chubut, Rio Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego para dejar totalmente fuera de injerencia en el sector al desregulador libertario Federico Sturzenegger, quien, por alguna razón nunca explicitada, aborrece todo lo relacionado con la actividad pesquera nacional.
Desde el entorno de uno de los funcionarios nacionales involucrado reconocen: “Resulta tedioso lidiar con una persona que a lo largo de estos meses ha demostrado -en primer lugar- un profundo desconocimiento de la actividad y luego un particular ensañamiento tanto con los empresarios como con los trabajadores de la pesca”.
Vale recordar que, a pocos días de iniciada la gestión de Javier Milei y de la mano del proyecto original de la denominada 'Ley Bases' el Gobierno nacional planteó la necesidad de abrir las aguas de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) para que los recursos ictícolas allí existentes puedan ser pescados por buques de cualquier nacionalidad, contrariando el criterio internacional consagrado en la Convemar (Convención sobre Derecho del Mar).
Sturzenegger y un esquema ridículo
Bajo el pretexto de lo supuestamente bajo del canon que abonan en la actualidad las empresas pesqueras nacional que obtienen una cuota de captura permitida para cada especie, Federico Sturzenegger propugnó un cambio radical del sistema mediante la creación de un sistema de licitación pública internacional donde cualquier armador del mundo podría realizar una oferta y de ganar quedarse con todo el cupo de una o más especies.
Según el funcionario, las pesqueras nacionales deberían competir con sus pares internacionales sin importar que para los locales existen una serie de obligaciones operativas e impositivas que tornan imposible una competencia en igualdad de condiciones.
A modo de resumen digamos que una pesquera radicada en el país tiene obligación de:
desembarcar su captura en puertos argentinos,
procesar el pescado en plantas radicadas en el país ( o en el mismo buque para el caso de los pesqueros factoria),
pagar todo tipo de tributos nacionales, provinciales y municipales,
sufrir retenciones conformo a la alícuota establecida para la actividad,
percibir el producto de las exportaciones al cambio oficial,
tener sus buques alineados con los requerimientos de la siempre exigente Prefectura Naval Argentina,
a sus tripulantes y dependientes terrestres bajo convenio -conforme a las negociaciones con los gremios del sector- y
'disfrutar' del nulo incentivo oficial para renovar barcos y demás instalaciones.
Los 'equivalentes' competidores extranjeros patrocinados por 'Sturze', estarían liberados de tanta burocracia y penuria, pudiendo pescar 'a piaccere' una vez ganada la licitación y alzar sus redes y llevarse el pescado a donde mejor se les cante.
Aunque parezca increíble, aún en medio de una verdadera Espada de Damocles pendiendo sobre sus cabezas, muchas empresas alternaron febriles negociaciones mezcladas con campañas de alfabetización pesquera sin dejar de imponer algunas órdenes de construcción de nuevas unidades pesqueras en astilleros nacionales.
El día D
Si bien la ciclópea tarea llevada adelante por gremios empresas y algunos funcionarios -que sí la ven-, permitió dejar 'afuera' del proyecto de mega ley, la reforma pesquera, el ministro desregulador juró tomar venganza prometiendo aniquilar todo lo normado en la Ley Federal de Pesca Nº24.922.
La mencionada norma es la piedra angular del sistema nacional pesquero y la que crea el Consejo Federal Pesquero, ente responsable de asignar y revisar cada 15 años el reparto entre distintas empresas pesqueras de las cuotas de captura permisible para cada especie.
El cálculo se realiza analizando diferentes aspectos que van desde la cantidad de buques de cada empresa y el nivel de eficiencia en el cumplimiento de las capturas anteriores, hasta la existencia de sanciones y la cantidad de personal contratado (entre otras variables).
Superando todo tipo de presiones y sorteando incluso un aún no comprobado intento de pedido de coimas a cambio de adjudicaciones de cuota de pesca supuestamente de parte de funcionarios nacionales, el 05/09/2024 el CFP (Consejo Federal Pesquero) tomó el toro por los cuernos y decidió poner fin a la incertidumbre gremial y empresaria: por unanimidad de sus miembros promulgo el Acta Nº 15 mediante la cual se ratificaron todos y cada uno de los conceptos tenidos en cuenta por la ley vigente para adjudicar los distintos cupos de pesca entre las distintas empresas pesqueras.
Posteriormente el 08/02/2024, mediante un acta anexa, el CFP adjudicó a cada armador el tonelaje al que podrá hacerse acreedor para cada una de las especies sujetas a contralor por el organismo (algunas especies no requieren cupo).
Previsibilidad
Si bien la contundente decisión del CFP deja totalmente desdibujada la figura de Sturzenegger (o al menos marca un límite a su poder), los especialistas del sector sostienen enfáticamente que hubo un claro guiño desde lo más alto del poder político en el entendimiento de que -tal como bromean ahora en los muelles pesqueros- el ministro 'no pesca' cómo funciona el sistema'.
Los principales portales y revistas especializas reflejaron durante la jornada las muestras de beneplácito expresas en solicitadas o comunicados provenientes de cámaras tales como CAPECA, CaIPA, CAPEAR, CEPA la que con matices no hacen más que expresar gratitud infinita por una norma que solo les brinda algo básico para cualquier actividad humana: Previsibilidad.